viernes, 30 de marzo de 2012

DOMINGO DE RAMOS


Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.

Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"

Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén
Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.

La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.

Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.

Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.

¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas?

Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.

Explicación de la Misa del Domingo de Ramos

La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Domingo de Ramos en Lambayeque
Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.

Oración para poner las palmas benditas en el hogar:

Bendice Señor nuestro hogar.
Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.
Por tu intercesión danos paz, amor y respeto,
para que respetándonos y amándonos
los sepamos honrar en nuestra vida familiar,
Sé tú, el Rey en nuestro hogar.
Amén.

Sugerencias para vivir la fiesta:

Hacer nuestras propias palmas y llevarlas a bendecir a la Iglesia.

Exposición: "Entre el Arte y la Devoción"


Cerca de 20 piezas de oro y plata de arte religioso, que pertenecen al siglo 18 y 19, son parte de la exposición "Entre el Arte y la Devoción", las mismas que son exhibidas en los ambientes del museo Brünning, de Lambayeque.

Así lo informó el director de este recinto arqueológico, Marco Fernández Manayalle, precisando que entre las piezas, que son de propiedad de la iglesia San Pedro, de Lambayeque, se encuentra una calavera de plata que simboliza el abandono de lo material para dedicarse a lo espiritual, al igual que grilletes, crucifijos, una corona imperial, la imagen del ángel San Gabriel y una corona de espinas, las mismas que tienen una antigüedad de mil 700 a mil 800 años después de Cristo.

Fernández manifestó que la exposición Arte y Devoción, que durará hasta junio próximo, pretende dar a conocer la fe a través del arte del pueblo lambayecano a lo largo de la historia. También busca rendir homenaje a Cristo, a la virgen y a los artífices que laboraron dichos trabajos.
El arqueólogo expresó que se espera que se incrementen las visitas al museo durante Semana Santa. "Lo que buscamos es dar un agregado a las personas que llegan por Semana Santa a participar de la procesión de las imágenes religiosas. Ahora tendrán la opción de venir al museo y apreciar unas bellas joyas ", dijo.

 Por su parte, el obispo de la Diócesis de Chiclayo, monseñor Jesús Moliné Labartha, resaltó que la muestra es muy importante para fortalecer la fe en los católicos."Esperemos que durante la Semana Santa estas piezas sean visitadas por mucho feligreses y, así, conozcan en cada obra de arte el amor que tuvieron los artesanos a Cristo", señaló





Fuente: Diario El Correo.

viernes, 23 de marzo de 2012

ANTECEDENTE HISTÓRICO DE LA HERMANDAD

ANTECEDENTE HISTÓRICO DE LA HERMANDAD PASCUA DE RESURRECCIÓN DE LA CIUDAD DE LAMBAYEQUE

Cuando en un pueblo como Lambayeque, llega  a nuestros tiempos tradiciones festivo religiosas de remotos orígenes como la Pascua de Resurrección, algo que termina formando parte de la cultura y el folclore popular, queda grabado y tiene, cada año, una página en los libros de su historia. Es cuando, inconscientemente, muchos lambayecanos volvemos la vista a sus comienzos, para conocer, saber y averiguar las respuestas a preguntas como: ¿De quién fue la idea? ¿Cómo surgió, cuándo y por qué? 0 ¿quiénes tomaban la primera Mayordomía?

Esposos Ricardo Chonate Viluco e Irene
Muñoz Seclén.
Desafortunadamente, no existen documentos escritos  que recogen los orígenes de la celebración de la Pascua de Resurrección en Lambayeque, peor aún de la antigua Mayordomía encargada de la festividad, aquellos lambayecanos que hicieron posible se perennice esta antigua tradición religiosa.

Los antecedentes más lejanos de la actual Hermandad Pascua de Resurrección de la ciudad de Lambayeque se encuentra en una pequeña fiesta campera, allá por los años 30 del siglo pasado, que se organizaba bajo la dirección de los esposos Don Ricardo Chonate Viluco y Doña Irene Muñoz Seclén,  diestros y reconocidos bordadores de la alta filigrana del hilado dorado y la pedrería, cuyos trabajos hoy podemos admirar en estandartes, mantos, túnicas y otros objetos de incalculable valor religioso de la ciudad evocadora de Lambayeque y otras ciudades del país, y por la devoción que profesaban a Jesús nuestro Salvador y nuestra Santa Madre la Virgen María .El arte del bordado y la devoción a nuestras sagradas imágenes, Don Ricardo Chonate la heredó de sus padrinos de bautizo, en tierra de artesanos y reconocida tradición religiosa, Monsefú.

Para nuestros antepasados era muy importante perpetuar la celebración de esta fiesta a la que tenían un especial cariño. En aquellos tiempos, la figura de la Iglesia jugaba también un papel muy importante, Los sacerdotes recorrían las casas del campo y la ciudad, creando entre ellos y los adoctrinados, un enorme cariño y respeto, que aún perdura por nuestras imágenes.

Familia Chonate Muñoz y amigos en celebración de la
Pascua de Resurrección (mediados del siglo XX)
Don Ricardo Chonate y Doña Irene Muñoz junto a sus hijos Bernardino, Ramona, Ignacio, Andrés y Jorge, organizaban la celebración de la Pascua de Resurrección (procesión del encuentro) con la participación de familiares y amigos cercanos, manteniendo una larga tradición religiosa que se estima tiene sus orígenes en el siglo XVIII y que Don Ricardo la heredó a fines del siglo XIX.

En el pasado, se vestía y se sacaba el sábado de Gloria la imagen de la Virgen María de la casa de Don Ricardo Chonate para ser llevada en un pequeño recorrido a la Iglesia San Pedro de Lambayeque dónde pernoctaba hasta su posterior encuentro con  nuestro Señor Jesucristo Resucitado, el día siguiente en la llamada “Procesión del Encuentro”

Es a  raíz de esta fiesta religiosa, la más importante del calendario cristiano,  que sus nietos, los hijos de Don Bernardino Chonate Muñoz y Doña Dalila Vergara Uriarte, familiares y amigos, deciden constituirse como Hermandad y perpetuar la tradición. Por ello, fundan la Hermandad Pascua de Resurrección y en coordinación con la Parroquia San Pedro de Lambayeque   se decide ubicar definitivamente la imagen de la Virgen María junto al Cristo Resucitado en uno de los altares de la antigua Capilla de San Francisco (hoy en restauración) ubicada al costado de nuestro templo principal, la Iglesia San Pedro.

Miembros de la actual Hermandad Pascua de Resurrección junto al
Padre Freddy Beltrán (al centro).
Podemos pues comparar la situación en la que nació la antigua Mayordomía con la actual Hermandad. Nace en una época totalmente diferente, en lo referente a lo social y a lo económico. De una fiesta  de origen probablemente rural y campesina, tomada por gente del campo guiadas por un sacerdote español en el siglo XVIII, ha pasado a ser en la actualidad una Hermandad moderna en la que la mayoría de sus componentes son gente del pueblo  que  poco a poco con ganas y empeño han logrado consolidar una institución ejemplo para las demás cofradías y hermandades de la ciudad de Lambayeque.

El progreso que se ha conseguido es asombroso, de una pequeña fiesta campera y familiar ahora pasamos a una bien estructurada organización social y religiosa que rescata y respeta la tradición histórica que nos legaron nuestros antepasados y cuya celebración concita la atención de los medios televisivos y turísticos y congrega a miles de fieles y turistas nacionales y extranjeros en el cierre con broche de oro de la tradicional Semana Santa Lambayecana.

domingo, 18 de marzo de 2012

Hermandad Pascua de Resurrección participó de Charla Coloquio: “La vida no acaba con la muerte”


La muerte no es como muchos se la imaginan. Todos nosotros, en la hora de la muerte, tendremos que ver y vivir mucho para lo que no estamos preparados. Para muchos, la muerte es algo parecido a un sueño sin sueños. Uno cierra los ojos, se duerme y no hay nada más — la oscuridad. Sólo que el sueño se termina a la mañana, en cambio la muerte es para siempre. A muchos les espanta lo desconocido: "¿qué pasará conmigo?" Así tratamos de no pensar en la muerte. Pero en el fondo sentimos una vaga ansiedad y una confusa inquietud ante lo inevitable. Cada uno de nosotros tendrá que pasar esta frontera. Sería útil pensar y prepararse.

Hermano Vice Presidente José Yerrén disertando sobre el tema:
"La vida no acaba con la muerte"
Pueden preguntar: "¿En qué pensar y a qué prepararse? No depende de nosotros. Llegará el tiempo — moriremos y eso es todo. Mientras, todavía tenemos tiempo; hay que tomar de la vida todo lo que esta pueda ofrecer: comer, beber, amar, luchar por el poder, el honor y la gloria, ganar dinero, etc. Es preciso no pensar en lo que es difícil y desagradable y en particular no permitirse pensamientos sobre la muerte." Así hace la mayoría.

Sin embargo, a cada uno de nosotros de tanto en tanto nos surgen otros pensamientos inquietantes: "¿y si no es así? ¿y si la muerte no es el fin y después de la muerte del cuerpo me encontrare inesperadamente en unas condiciones completamente nuevas, conservando la capacidad de ver, oír y sentir?" Y lo más importante: "¿y si nuestro futuro detrás de este umbral, en alguna medida, depende de cómo hemos vivido nuestra vida, de cómo éramos antes de cruzar la frontera de la muerte?"

Hermanos participando de la charla coloquio
A pesar de que la experiencia cotidiana nos dice que la muerte es el destino obligado de todo ser humano, y ley de la naturaleza, sin embargo las Sagradas Escrituras nos enseñan que al principio la muerte no se encontraba en los planes de Dios con respecto al hombre. La muerte no es una norma establecida por Dios, sino más bien su desviación y una gran tragedia. El libro del Génesis dice que la muerte irrumpió en nuestra naturaleza, como consecuencia de la transgresión de nuestros primeros padres al mandamiento de Dios. 

Según la Biblia, el objetivo de la venida del Hijo de Dios al mundo, fue la devolución al hombre, de la vida eterna que había perdido. Aquí no se trata de la inmortalidad del alma, ya que ella, por su propia naturaleza, no se destruye, sino de la inmortalidad del hombre en su totalidad de cuerpo y alma. La recuperación de la unidad del alma con el cuerpo, debe realizarse para todos los hombres simultáneamente, cuando se produzca la resurrección universal de todos los muertos

Formación y fortalecimiento cristiano de los miembros de la
Hermandad Pascua de Resurrección
En algunas religiones y sistemas filosóficos se prioriza la idea de que lo más importante en el hombre — es su alma. El cuerpo es sólo su envoltura temporal, en la cual se desarrolla el alma. Cuando el alma llega a un nivel espiritual requerido, el cuerpo no es más necesario y debe ser abandonado, como una vestimenta raída. Liberándose del cuerpo, el alma sube a un peldaño superior de su existencia. La fe cristiana no comparte ésta interpretación de la naturaleza humana. Dando prioridad al principio espiritual en el hombre, ve en él, sin embargo, un ser de dos componentes formado por dos partes: espiritual y material, que se complementan mutuamente. Existen seres simples que no poseen el cuerpo, como los ángeles y los demonios, pero el hombre presenta otro estructura y destino. Debido a la presencia del cuerpo, su naturaleza no solo es más compleja sino también es más rica. La unión designada por Dios del alma y el cuerpo — es una unión eterna.

Cuando, después de la muerte, el alma deja su cuerpo, ella entra en una situación extraña para ella. Realmente, no está hecha para existir como fantasma, y le cuesta adaptarse a las condiciones nuevas y no naturales para ella. Por eso, para destruir todas las consecuencias letales del pecado, Dios quiso que los hombres creados por Él, llegaran a la resurrección. 

Esto pasará durante la segunda venida de Nuestro Salvador, cuando, por Su Omnipotente Palabra, el alma de cada hombre retornará a su reconstruido y renovado cuerpo. Repetimos, ella entrará no en una nueva envoltura, sino que se unirá precisamente con el cuerpo, que le pertenecía antes, pero renovado e incorruptible, adaptado a las nuevas condiciones de existencia.

El valor principal sobre las cuestiones de la vida después de la muerte, consiste en que investigaciones religiosas y científicas, confirman la verdad de la existencia del alma y de la vida después de la muerte. Además, esto puede ayudar al creyente a entender mejor y prepararse para lo que verá inmediatamente después de su muerte.

Luego de la charla los esposos Yerrén ofrecieron exquisita
cena de confraternidad
Porque   Cristo   resucitó   de   entre   los  muertos,  nosotros   tenemos  una  Esperanza  Bendita.

Nosotros   esperamos   una    vida  eterna,  una   gloria  sin  fin,  una  vida  abundante,  una   vida maravillosa,  una  vida  celestial, una  vida  significativa.  Para  los  cristianos no todo termina con la muerte. No acaba todo con el último hálito de vida

Este fue el tema en el  que se centró  la charla coloquio de miembros de la Hermandad Pascua de Resurrección de la ciudad de Lambayeque,  la noche del sábado 17 de marzo, que tuvo lugar en el domicilio del Dr. José Yerrén Callacná vicepresidente de nuestra Hermandad y su esposa la señora Esther de Yerrén .

A la cita concurrieron nuestra Hermana Presidenta, profesora Olga Chonate Vergara, además de los Hermanos Olga Callacná, Fátima Vidaurre, Teresa Llegado, Martín Chonate, Milagros Bravo, Carmen Callacná Carmen Chonate y Abelardo Llegado.

Este es el inicio de futuras charlas donde se espera contar con
los demás miembros de la Hermandad Pascua de Resurrección
Este conversatorio es el inicio de diversas charlas de formación y fortalecimiento cristiano que desarrollarán los miembros de la Hermandad Pascua de Resurrección de la ciudad de Lambayeque.

Desde aquí nuestro agradecimiento a nuestro Hermano vicepresidente, Dr. José Yerrén Callacná y a su señora esposa por su acertada iniciativa que prepara, integra y fortalece a nuestra Hermandad.