martes, 12 de febrero de 2013

OBRA TEATRAL “MI CRISTO ROTO” SE PRESENTARÁ EN LAMBAYEQUE: DURANTE EL TIEMPO DE CUARESMA Y SEMANA SANTA


MI CRISTO ROTO
Una obra de teatro personificada por Tolomeo Aliaga
Teatro que da luz y esperanza


EL ESPECTÁCULO

Mi Cristo roto es una obra de teatro representada por un solo actor, en este caso el escritor y declamador Tolomeo Aliaga Quispe. Esta obra puede ser presentada casi en cualquier foro, porque el actor sólo requiere del apoyo de un técnico de luz y sonido y muy pocos recursos escenográficos.

La obra de teatro ha sido adaptada y producida por el propio Tolomeo Aliaga, el cual cuenta con casi 25 años de carrera artística.

La adaptación teatral parte de dos libros escritos por el padre Ramón Cué, S.J. derivados de sus aprendizajes y aventuras con el Cristo roto, pieza que le compró a un anticuario en Sevilla. Tolomeo Aliaga encarna al propio padre Ramón, y la obra se desarrolla en la oficina del sacerdote durante los momentos en que escribe los libros.

La temporada inaugural de Mi Cristo roto tuvo lugar en la Procesión de Viernes Santo 2012, en un Balcón de la Municipalidad de Lambayeque. Se presentó también en la Comunidad Católica “Bodas de Caná” de donde forma parte Tolomeo. También se presentó en ULTREYA del Cursillo de Cristiandad, así como en el Coliseo Marcavalle de Lambayeque, durante el Vía Crucis preparado por el Ejército del Perú.. Durante esta temporada, Tolomeo Aliaga, acompañado de la Sra. Juanita Zunini, hizo gala de su experiencia y de su gran talento interpretativo. Lo que inició como una corta temporada, durante la cuaresma y Semana Santa del 2012, se convertirá en una gira nacional durante el 2013. A principios de Enero se presentará en la Novena de homenaje al Corpus Christi en el Distrito de Yauyucán – Santa Cruz – Cajamarca; para posteriormente presentarlo en Maravilca, Matahuasi, Concepción, Huancayo, Lambayeque, Chiclayo y otros lugares.

Mi Cristo roto constituye una experiencia reflexiva maravillosa. Deja sembrados en los corazones de quienes la viven, sentimientos como el perdón, el amor al prójimo y la solidaridad. Nos enseña cómo hacer más llevadera la cruz que todos cargamos. El impacto que la actuación de Tolomeo Aliaga causa en el público trasciende todas las áreas de la vida del espectador.

MI CRISTO ROTO, UNA GRAN PARÁBOLA

La historia comienza en una tienda de antigüedades en Sevilla, donde el padre Ramón Cué regatea el precio de un Cristo de madera que luce muy deteriorado. A la imagen le falta la cruz, también media pierna, un brazo y el rostro; ya que aparentemente fue profanada durante la guerra civil española. No obstante, es una fina obra de arte que merece ser restaurada. Aquí empieza el diálogo que se desarrollará durante toda la obra. Ya en casa, el padre Ramón se sorprende cuando el Cristo le prohíbe que lo restaure. El Cristo roto prefiere no ser restaurado, porque desea que veamos en su rostro el rostro de todos nuestros hermanos: los Cristos rotos vivos y sufrientes. A lo largo de la obra se profundiza en esta gran parábola. Ambos personajes nos demuestran las posibilidades del ser humano, como hijos de Dios, para servir y restaurar a nuestros hermanos en lo físico y en lo espiritual.

El diálogo entre el protagonista y el Cristo roto nos va entregando invaluables lecciones llenas de sabiduría y esperanza. Descubrimos que estamos acostumbrados a ver la cruz, aunque pocas veces recordamos lo que verdaderamente significa. El Cristo roto no tiene cruz, y nos invita a que le entreguemos la nuestra; tal vez para ayudarnos a cargarla. Al final de la obra, Cristo explica cómo fue morir en la cruz.

LA ADAPTACIÓN PARA EL TEATRO

Escritor Tolomeo Aliaga Quispe
Mi Cristo roto se ha convertido en un clásico de la literatura religiosa contemporánea, ya que el contenido se ha mantenido vigente y ha demostrado su valor transcurridos 90 años de su primera publicación. La representación teatral impacta a las nuevas generaciones que no conocieron el disco de Mi Cristo roto , grabado y puesto a la venta en los años 60. Su riqueza de contenido lo hace igualmente interesante, tanto al leerlo como al escucharlo en grabación. Sin embargo, representado en vivo es particularmente conmovedor. Desde el punto de vista del público, es fascinante ver cómo el actor sube al escenario a contar la historia del día en que adquirió el Cristo roto; y cómo, poco a poco, el texto y la voz nos van envolviendo, hasta que sin querer nos encontramos en medio de la historia: lo que primero fue un relato se transforma en la representación de nuestro Señor Jesucristo durante su pasión y muerte en la cruz.

LA FUERZA DE LA PALABRA TEATRALIZADA

El espectáculo unipersonal es uno de los retos más grandes e interesantes a los que un actor se puede someter. La capacidad del artista se pone a prueba al mantener la expectativa del público durante toda la obra. Tolomeo Aliaga actúa extraordinariamente. Imprime en cada interpretación su muy particular estilo, y nos hace vibrar con su voz rica en matices y con su impecable dicción.

La inclusión de una pantalla y la proyección de más de 500 transparencias hacen de Mi Cristo roto un espectáculo completo, en el cual Tolomeo Aliaga interpreta a diferentes personajes.

Mi Cristo roto nos lleva a enfrentarnos con nosotros mismos. El espectador encontrará muchas respuestas a su forma personal de demostrar su fe y su devoción a Dios, y también se sensibilizará al visualizar el rostro de Cristo en todos sus hermanos.

Las iglesias e instituciones que han organizado alguna presentación de Mi Cristo roto han coincidido en comentar que, en los últimos años, se ha menospreciado el extraordinario poder del teatro como elemento evangelizador. El hecho de que Mi Cristo roto sea representado por un aficionado a la actuación, un creyente comprometido, lo hace doblemente poderoso.

Tolomeo Aliaga, con casi 30 años de experiencia como declamador, logra una actuación extraordinaria, se entrega en cuerpo y alma a la función y él mismo supervisa cada detalle de iluminación y sonido.

lunes, 11 de febrero de 2013

El Papa Benedicto XVI renuncia: "mis fuerzas no se adecúan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio"



El Papa Benedicto XVI abandonará el Pontificado el próximo 28 de febrero, según la agencia de noticias italiana Ansa. "He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecúan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio petrino", ha anunciado ante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto.

La prensa italiana recoge la noticia que cita a esta agencia y añade que el Pontífice habría hecho el anuncio personalmente durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto.

“Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro”, ha añadido el Pontífice, según un comunicado publicado en Radio Vaticana. El Papa va a cumplir 86 años el próximo 16 de abril.

Benedicto XVI, de 85 años, agregó que es muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, “debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando”.

El obispo de Roma consideró que en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu.

Y entonces destacó que en los últimos meses este vigor ha disminuido “de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.

Ante ello anunció, según reproduce el diario La Vanguardia, que “muy consciente de la seriedad de este acto y con plena libertad, renunciaba al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro.

El decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, calificó el anuncio de "un rayo en medio de un cielo despejado".

Benedicto XVI, que es pontífice desde 2005, había dicho ya anteriormente que se imaginaba perfectamente dejar el cargo por motivos de salud.

Los cardenales habían sido convocados para decidir sobre una serie de beatificaciones.